Monday, March 1, 2010

Disfruten de mi columna... http://www.laestrella.com.pa/mensual/2010/03/01/contenido/208778.asp









Mi tradición del Carnaval



Hoy día nuestras costumbres han sido raptadas por forasteros que en realidad no entienden nuestro Carnaval

ANA PÉREZ
perezmackenzie@hotmail.com

San Valentín pasó de largo, un domingo, mientras yo una romántica empedernida estaba distraída con mi Carnaval, les hablo del Carnaval Tableño. Un jolgorio heredado de mis abuelos, en el cual me he dispuesto a celebrar a plenitud cada año. Recuerdo de niña durmiéndome el viernes con unos cosquilleos en la barriga porque sabía que al despertar me iba a encontrar con el culeco del sábado, tanto así es, que cuando muera quiero que mis cenizas sean insertadas en morteros amaneciendo un sábado Carnaval, para ser quemados todos en la Bolívar, la Calle Arriba de Las Tablas, menos uno que será quemado en la Calle Abajo a petición de un amigo y, total, tengo muchos amigos que adoro que son de la Calle Abajo.

Ya se habrán percatado que soy de la tuna distinguida, la Calle Arriba, siendo mi abuelo quien donó el lote donde antes coronaban las reinas. Ahora se celebra en el X-Zone. A veces quisiera retroceder en el tiempo cuando el carnaval era mas tradicional, como cuando me iba a tomar una foto en el toldo de la coronación y también iba a husmear a la Calle Abajo a ver qué habían hecho. Hoy día nuestras costumbres han sido raptadas por forasteros que en realidad no entienden nuestro carnaval. Mi casa siempre llena, con esos sujetos que aparecen de Carnaval en Carnaval para tener una guarida donde descansar después de haber saltado, bailado, o cantado por 5 horas consecutivas y quién quita, la posibilidad de haberse enamorado también. Dos de mis tres esposos fueron el resultado del carnaval tableño. Los conocí en el toldo de la Calle Arriba.

Entre el agua, las trompetas, el licor, y la libertad que cada persona se permite allí estoy yo, con mi atuendo de culeco armando la ruta a seguir. Escucho la alerta de la murga que inmediatamente impulsa mis sentidos, es hora de irme al “portal”, el portal de las Vergaras, (mi abuela y sus hermanas, vivian alli cuando jóvenes). Nada más queda mi tía Carmen que aún celebra el Carnaval todos los años. Entre mis tíos, tías, primos, y primas comenzamos a servir nuestros tragos predilectos, yo no soy de tomar pero reservo esta ocasión para hacerlo debido a que estoy entre mi familia, y es una tradición. Recuerdo siempre tomándome mi primer trago de whisky cada culeco con mi abuela cuando aun vivía. Este año elegí whisky con Redbull en nombre de mi abuela!

Pasa la Calle Arriba después la Calle Abajo, al pasar la Calle Abajo, quedo entre mímicas y gritos, como todos los años. Este año decidimos entrar en la tuna de Calle Abajo con unos amigos que están grabando un programa, está mi amiga Briana asustada porque hemos entrado al parque, estamos en la zona roja, en el meollo del asunto! Nos subimos al cisterna de Chivas a que nos tiraran agua, alli nos encontramos con amigos que entre el agua deciden ir al Choclo, un lugar que mi abuela siempre me advertía NO IR! Decido que no y abandono la misión!

Me voy a comer y prepararme para el “after” culeco que empieza en mi casa con la Dj. Sara Castro, este año he decidido armar una fiesta todas las tardes, y me la paso increíble!

El día final mi hija se pone pollera, salgo a verla bailar mientras su abuela canta en el tamborito… la veo con orgullo, miro al cielo y le doy gracias a mi familia tableña por tan hermosa tradición que he heredado. Escucho el entierro de las sardinas, alli sola en mi cama, trato de recuperar fuerzas para ir a verlo, pero el cansancio se apodera de mi y después pienso iré el otro año, si total un año se pasa volando!

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